El reloj marca las seis de la tarde
y el pueblo vuelve a descansar
de su largo esfuerzo
en su propio superar.
No se sabe ya
si vienen o van
no se sabe si el mundo
los aconsejará.
Un puñado de personas
que rasgan sus ropas
otro grupo de indigentes
sacudiendo el terror por las calles.
No se sabe ya
si piensan caer
no se sabe si el mundo
los condenará.
Al compás de la noche
y detrás de la luna
el sol se esconde
y nace una estrella.
Todo surge
todo es miedo
al compás de la noche
ya no se mira el suelo.
Son más de cuatro kilómetros de camino
de regreso a su hogar
hablando unicamente
con su sombra y la soledad
No se sabe ya
si seguiran aguantando
no se sabe si el mundo
los marginará.
Un plato de frijoles
su alimento diario
con suerte...tres tortillas
y un trozo de queso.
No se sabe ya
cuánto más pueda durar
no se sabe si el mundo
los detendrá.
Al compás de la noche
baila el cielo y el infierno
cantan los ángeles de Dios
y rien los diablos del averno.
Todo surge
todo es miedo
al compás de la noche
ya no se mira el suelo.
Su crucifijo
su salvación
la fe que acompaña
firmemente al corazón.
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