para las manos de piedra
cada ampolla que revienta
con un nuevo día al despertar.
Con los dedos lacerados
y la sangre casi inerte
ya no aguanta el mismo tiempo,
pero tiene que comer.
Para el sudor que se derrama
para sus ojos de tristeza
cada niño de su casa
que no tiene educación.
Son las manos del obrero
o las manos del campesino
que no descansa ni de noche
ya que el día siguiente será igual...
Son las penas suprimidas,
su karma es la vida
pero a nadie le importa en El Salvador
las manos del trabajador.
Para las manos de cemento
para las manos de madera
cada herramienta es un sueño
porque le hace trabajar.
Cuántas heridas sanadas
y otras más que no sanaron
muchas ilusiones destruidas
entre el salario y su hogar.
Para el limbo que se construye
para el vuelo que no se ve
ojalá que la puerta no se cierre...
a ellos, un mundo mejor.
Son las manos del obrero
o las manos del campesino
que no descansa ni de noche
ya que el día siguiente será igual...
Son las penas suprimidas,
su karma es la vida
pero a nadie le importa en El Salvador
las manos del trabajador.
Para los que nos dan de comer
para los que nos dan un hogar
para los que valoran su esfuerzo
el esfuerzo de dar mucho más.
Para los que son
para los que no descansan
para los que merecen honor
sin ningún tributo por su dolor.
Para las manos mal pagadas
para ellas y su explotación
para que en El Salvador se miren
las manos del trabajador.
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